De balnearios en plan Bohemio

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Balnearios



En el extremo noroeste de Chequia se hallan los balnearios de Karlovy Vary, Mariánské Lázně y Františkovy Lázně. Tres lugares unidos por la exquisitez de sus hoteles, spas y jardines. Y también fundidos en una idéntica sensación de viaje al pasado. Es como si la condición para tomar sus aguas fuera trasladarse a otra época donde el tiempo no se gastaba con prisas. ¡Todo lo contrario! Lo importante era (y es) disfrutarlo con mimos, detalles y calma.

Corría el invierno de 1358 y el emperador Carlos IV salió de caza con sus perros. Su propósito era capturar uno de los grandes ciervos que habitan en los bosques de Bohemia. De pronto, tanto perros como jinete olfatearon la presencia de un estupendo venado para la cena. Así que comenzaron a correr en su búsqueda con la intención de agotarlo y poderle hincar el diente. Sin embargo, en uno de los requiebros del cérvido, tanto el rey como sus canes resbalaron y acabaron sumergidos en un manantial de agua casi ardiendo. Aquel día no alcanzaron la presa, pero descubrieron el lugar donde después creció Karlovy Vary, o lo que es lo mismo, las “Baños de Carlos”. Sin duda, un origen de leyenda, tal y como se merece uno de los balnearios preferidos de la aristocracia e intelectualidad europea desde el siglo XVIII hasta bien entrada la pasada centuria.

La elegancia de Karlovy Vary

Karlovy Vary es el balneario más grande y afamado de Bohemia. Su patrimonio histórico reúne espléndidos hoteles como el Grand Hotel Pupp o el Hotel Dvorak con su distinguido café Viena House. Sin olvidar los Baños de Elizabeth o el Sanatorio Bristol y sus instalaciones de spa, a veces modernas y a veces vetustas. Y dada la atmósfera cosmopolita del lugar, para reparar no solo el cuerpo, sino también el alma, hay iglesias de diversos credos, como la anglicana o la ortodoxa-rusa dedicada a San Pedro y San Pablo. No obstante, lo más emblemático son las llamadas “kolonadas”, que son soportales al resguardo de posibles inclemencias meteorológicas y donde hay fuentes públicas de aguas minerales. La más transitada es la Kolonada del Molino, la cual se une con la espectacular Plaza del Mercado, un área en la que tarde o temprano confluye todo el mundo, ya que esta caminata es inexcusable como parte de las actividades sociales y las terapias que se ofrecen en Karlovy Vary.

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